La titular del Bloque del Frente Cívico en la Legislatura, Liliana Montero, decidió
visitar la Comisaría de la Unidad Regional Departamental que funciona en
Bell Ville por una serie de denuncias que se venían presentando en los
últimos diez años, sumadas a comentarios de los vecinos respecto de la
situación edilicia del lugar. Su intención era visitar el predio para
tener un rápido panorama de las condiciones en las que se encontraba.
Al llegar al establecimiento, el jefe no estaba presente y uno de los
superiores, luego de consultar, señaló que ella no tenía autorización
para ingresar a ninguna de las dependencias de la unidad departamental.
“Los ciudadanos me pagan para que yo haga eso. Mi condición de legisladora me habilita a hacerlo.” denunció Montero.
Luego de cuatro horas de espera y llamadas al Ministro de Seguridad,
que estaba al tanto de lo que sucedia en la departamental, la
dejaron ingresar a un patio, pero no a la alcaidía.
Cuando finalmente llegó el Comisario Mayor Gimenez, lo único que
recibió fueron faltas de respeto. “Me maltrató, me hacía callar en medio
de la reunión que estábamos manteniendo”, sostuvo la legisladora.
La pregunta del millón podría ser aquí. ¿cuántas dependencias policiales tienen graves deficiencias, sobre todo en aquellos sitios en que deben albergarse a los detenidos?
Recordemos en nuestra caso las declaraciones de Luis Palmero, cuando denunció la denigrante condición de los calabozos en la comisaría de Mina Clavero.
(Fuente Cba24n)
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