Una análisis de la correspondencia del Cura Brochero que permite comprender su obra, la iglesia y la política de su tiempo. Para acceder a este trabajo bibliográfico comuníquese al 3544507890 o al correo electrónico jasalinardi@gmail.com

lunes, 5 de agosto de 2013

Ecos del acuerdo con Chevron


Nacionalistas de ayer y hoy

Por Benjamín Navarro *
“Estos nacionalistas de opereta han hecho tanto mal al país con sus estupideces como los colonialistas con su viveza.” La frase corresponde al libro La fuerza es el derecho de las bestias, publicado por Perón en 1958 durante su exilio. Allí discute con Lonardi, presidente de facto que lo derrocó en el año 1955, por la anulación de los contratos celebrados en el segundo gobierno de Perón con la subsidiaria de la Standard Oil de California (la actual Chevron).
La crítica iba dirigida a ciertas posturas nacionalistas (algunas de ellas, incluso, cercanas al peronismo) que concebían la producción nacional de hidrocarburos en manos del Estado y la autosuficiencia energética como un fin en sí mismo, y no como un medio para el desarrollo y la inclusión social. Por ello, para estas posiciones, la firma de un acuerdo de locación o concesión de un área para la explotación de hidrocarburos con una empresa extranjera representaba “tratos inadmisibles” que insinuaban “la entrega del petróleo al extranjero”.
La relevancia estratégica que Perón les asignaba a los hidrocarburos se verificó claramente en la reforma constitucional de 1949, la cual declara los yacimientos hidrocarburíferos como “propiedades inalienables e imprescriptibles de la Nación”, así como también, con la creación de Gas del Estado en 1946. Durante sus gobiernos, la producción de YPF aumentó al doble.
Este incremento, sin embargo, se dio juntamente con el del consumo interno, lo cual produjo que se mantuviera en igual proporción la importación de petróleo. Es decir, el problema fue que la producción local creció pero a un ritmo que no llegó a compensar la velocidad con la que se expandió el consumo interno. En la medida en que la economía local crecía también lo hacía el consumo energético y, dada la fuerte dependencia de la matriz energética nacional respecto de los hidrocarburos, terminaba aumentando el consumo de éstos. Los dólares destinados a la importación petrolera generaban un acercamiento a una limitación estructural de la economía argentina: la restricción externa. Cabe destacar que es en relación con este problema que la necesidad de la autosuficiencia energética cobra relevancia, pero no como una mera posición nacionalista per se, la cual, llevada al extremo, podría operar en algunos casos más bien como un obstáculo al crecimiento y al desarrollo.
Si bien la autosuficiencia energética es un objetivo, la misma no es condición necesaria para el desarrollo ni tampoco sinónimo de crisis energética. Los siguientes países lo demuestran: EE.UU., Japón, China, Brasil (y otros), en términos generales, muestran niveles de consumo de petróleo notoriamente mayores a los de su producción, en los últimos 20 años.
Por ello, si el país no cuenta con los recursos técnicos, científicos y financieros como para generar un incremento rápido de la producción local (en relación con la evolución del consumo), la inversión extranjera puede ser un complemento necesario, en el marco de ciertas condiciones, para mantener la senda del crecimiento económico vía una disminución de las importaciones, reduciendo así el peso de la restricción externa.
Ciertas situaciones planteadas anteriormente tienen una gran similitud con las discusiones que se han dado en estos días a partir del acuerdo que YPF celebró con Chevron, para la exploración y explotación de la concesión de un área que la empresa local posee en Vaca Muerta. Frente a este acuerdo, ha habido cierta coincidencia entre sectores aparentemente opuestos (de izquierda y derecha) respecto de que el mismo representa “tratos inadmisibles” que insinúan “la entrega del petróleo al extranjero”.
Sin embargo, resultan llamativos dichos planteos si tenemos en cuenta lo siguiente: i) los cambios normativos realizados en el sector durante los últimos años, ii) los lineamientos generales del acuerdo con Chevron y iii) el régimen normativo específico que le da marco al mismo. Primero, a partir de la ley 26.741, de mayo del 2012, se declara de Interés Público Nacional el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, se crea el Consejo Federal de Hidrocarburos y se declara de Utilidad Pública y sujeto a expropiación el 51 por ciento del patrimonio de YPF y de Repsol-YPF Gas. Unos meses más tarde, se crea la Comisión de Planificación y Coordinación Estratégica para las inversiones del sector. Segundo, y éste es un dato difícil de cuantificar económicamente pero trascendente para la recuperación de soberanía energética real, el acuerdo establece que la operatoria técnica de la explotación estará a cargo de YPF, asesorada por Chevron. Esto permitirá incorporar un elemento central para el desarrollo potencial que tendría Argentina en materia de recursos no convencionales: el know-how. Por tanto, para recuperar la inversión inicial, Chevron deberá generar una transferencia de conocimiento real. Tercero y último, el área vinculada al acuerdo representa tan sólo el uno por ciento del área total de Vaca Muerta.
* Miembro de Economía del Bicentenario.

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